El choque cultural durante mi voluntariado casi arruina mi experiencia

Llegar a una pequeña aldea al sur de Alemania fue una experiencia difícil pero enriquecedora. Así fue cómo el choque cultural durante mi voluntariado casi arruina mi experiencia.

4min

choque-cultural-durante-un-voluntariado

Después de mi voluntariado en Bélgica empecé a buscar mi próximo destino. Me encontré con una buena oportunidad en Alemania, hice todo el proceso de aplicación a través de Worldpackers para hacer un voluntariado y me aceptó el host. Hablamos sobre algunos de los trabajos que haría durante la temporada y mi yo interior dijo "por supuesto, será genial experimentar nuevas cosas".

Al acercarse los días para finalizar mi estadía en Bélgica, empezaba a sentir cada vez más miedo porque iba a conocer una cultura totalmente diferente a lo que acostumbro. 

Comencé a pensar en cancelar porque me aterraba pasar malos ratos, pero la necesidad y el poco tiempo para conseguir algo más me llevaron ahí, casi a la fuerza.

Al llegar a Alemania, la gente fue muy diferente, hasta con la simple mirada sabes que has pisado una cultura diferente, pero así son ellos y cada quién en sus países con sus costumbres y modos de ser.

Al llegar a la aldea, el host fue por mi a la estación de trenes. Todo fue muy bien y llegamos a la casa donde había otra voluntaria (también de Alemania). Al principio todo bien, pero no tardaron en llegar los pequeños choques culturales.

Las diferencias debido al choque cultural durante mi voluntariado:

Los europeos tienen su forma de hacer las cosas, pero los alemanes más. Y los latinos tenemos las nuestras. Muy diferentes ambas. Aunque algunas cosas me enojaban, (como las actitudes de los alemanes que suelen ser muy directas y fuertes. Porque no todo es risas y diversión en la vida), seguí ahí por unos días más, porque en vez de desistir, tienes que acoplarte, como dice el dicho “a donde fueres haz lo que vieres”.

La segunda parte más pesada fue el estar lejos de la civilización, por decirlo de alguna forma. Yo siempre viví en ciudades, donde siempre tienes un plan o amigos que visitar, donde la gente es abierta, donde con un sólo click en una aplicación te llegan fácil las cosas. Y aquí, era una aldea tan pequeña que no había mucho que hacer. 

Después del trabajo, se creaba una rutina y los primeros días pasaban lentos, pero algo dentro de mí decía “no, aún no desistas”. Y yo siempre hago caso a mi voz interior. Pasaron los días y fueron llegando más voluntarios, eso me hizo sentir mejor, todo fue tomando forma y con el paso de los días se fueron convirtiendo casi en familia. Me sentía como en vacaciones con mis primos o hermanos lejos de la ciudad. De esos viajes que uno hace con la familia un fin de semana.


El choque cultural durante mi voluntariado casi arruina mi experiencia - Alemania - Worldpackers

¿Cómo pude superar el choque cultural durante mi voluntariado? 

Sólo hay que ser paciente, humilde, abrirse a nuevas oportunidades con la gente, la comida, las rutas, los modos de hacer las cosas, los horarios. En sí, es un cambio total de tu rutina personal. Un cambio hasta de la forma de alimentarte. Tú eres el que debe seguir las reglas siendo el foráneo, tú eres el invitado que debe acostumbrarse, no ellos a ti. La clave además de esas cosas, es la empatía, el hambre de convertirse en un local mientras vives en la ciudad. Es el descubrir y querer que salga ese "otro yo".

Por último y lo más pesado (hablando físicamente) fue el trabajo. Yo siempre estuve acostumbrada a trabajar en oficina, donde las cosas y las personas suelen ser más sencillas. Ciudades, en donde la tecnología lo hace todo por ti. Y aquí, bueno, aquí fue todo un reto tener que ir por algunas cosas al bosque para comer. O tener que cocinar con plantas que apenas conocía.

Nada era a lo que estaba acostumbrada: tirar árboles, cargar troncos de madera, jalar de las grandes ramas para acomodarlas. Trabajar con gallinas, y comer alimentos naturales y saludables. Cosa que yo no hago en mi vida normal.

Sin duda, fue todo un reto, siempre terminaba cansada. Pero al final de cuentas, cada día valió la pena. A pesar de los malos ratos que pude haber pasado en ocasiones por las diferencias de culturas, de actividades y sobretodo por la forma de pensar tan diferente a la mía, no me arrepiento de haber aplicado a ese lugar. Fue tan difícil que quiero volver a vivir una experiencia así. 

Las cosas más difíciles te hacen ver el mundo de distintas formas y aguantar otras tantas. Te hacen crecer como persona.


El choque cultural durante mi voluntariado casi arruina mi experiencia - sur de Alemania - Worldpackers

Dejé ese lugar con una gran sonrisa y satisfacción de todo lo que me cambió. Eso es hacer voluntariado. Además de las amistades, es conocer la vida local, aprender algo para tu futuro y dejar algo en los demás♥

A través de la plataforma de Worldpackers puedes encontrar cientos de opciones para hacer voluntariados en todo el mundo. Intercambiar tus habilidades por alojamiento es un aprendizaje que vale la pena tener. No dejes de mirar las opciones de voluntariado en Bélgica



Deja tu comentario aquí

Escriba aquí sus preguntas y saludos al autor