El sur de Tailandia es una de las zonas más turísticas del mundo, ¿quién no ha visto una foto de las famosas islas Phi Phi? Aquí os cuento la ruta de dos semanas que hice contando con un presupuesto ajustado y asequible para muchos bolsillos.
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Mi vuelo llegó al aeropuerto de Phuket, volaba desde Malasia tras acabar mi intercambio de trabajo con worldpackers en Malacca junto con mi pareja de viaje, Carlos. Nuestro plan de viaje era recorrer el sur de Tailandia durante 15 días para acabar en Bangkok, donde pasaríamos las dos últimas semanas de nuestra visa trabajando en otro hostal.
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En nuestro primer día en Tailandia ya quedamos sorprendidos de la amabilidad de la gente Thai; mientras subíamos caminando a una colina para ver las vistas de la península de Phuket, un coche paró y nos acercó hasta la cima con una sonrisa. Ahí aprendimos nuestra primera palabra en thai: kop khun ka (gracias).
Tras esta primera parada, el resto del día lo empleamos en buscar opciones de transporte para ir a Ko Phi Phi. Para ello alquilamos una moto por 200 Baths (6$) y así movernos más rápido por la ciudad y los puertos. Ese día nos llevamos una gran decepción, los precios rondaban los 600B ida o 1100B ida y vuelta... no podíamos permitírnoslo. Con esta noticia decidimos que nos iríamos al día siguiente a Krabi a probar más suerte.
Como a la mañana siguiente seguíamos teniendo alquilada la moto, nos fuimos hacia el suroeste de la Península de Phuket para ver el Big Buddha y disfrutar del día en la playa de Kata Yai; al menos nos íbamos de Phuket con buenos recuerdos (y un poco más morenos).
El bus desde Phuket a Krabi nos costó 110B (3,5$) y duró 3 horas.
Desde la ciudad de Krabi sería desde donde organizaríamos todas nuestras excursiones a playas e islas cercanas de forma más económica. El hostal donde nos alojamos durante estos días nos costó 300B (9,4$) la noche.
El primer día en Krabi lo dedicamos a organizar estas excursiones y también para visitar la ciudad y los alrededores. La moto para los dos primeros días nos costó 350B (11$). Así, fuimos hasta el Tiger Temple Cave: 1200 escalones llevaban hasta la cima de una pared de roca desde donde pudimos contemplar unas maravillosas vistas de la característica geografía tailandesa: formaciones kársticas de piedra caliza.
Esa misma noche descubrimos el night market del puerto, justo al lado de nuestro hostal. Quedamos encantados con la variedad de comida, la buena pinta que tenía todo y encima a un precio muy asequible. Krabi es una ciudad muy tranquila, barata y con varios mercados de comida increíbles.
Nuestra primera excursión fue a Railay, una playa de agua cristalina y arena blanca rodeada de roca caliza, muy conocida entre el mundillo de la escalada; un paraíso para muchos tipos de público.
Como disponíamos de moto del día anterior, fuimos hasta el puerto de Ao Namao desde donde las barcas a Railay costaban 100B (3$) -desde el puerto de Krabi costaba 150B-; el viaje duró unos 15 minutos.
Las barcas te dejan en la playa este, pero se tarda tan solo 5 minutos en cruzar el pequeño istmo para llegar a la playa oeste, donde pasamos la gran parte del día. Es aconsejable llevar comida desde Krabi, ya que un plato que normalmente cuesta 50B (1,5$), en Railay costaba mínimo 80B.
Antes de coger la barca de vuelta a Krabi, fuimos hacia la zona de escalada y descubrimos una calita increíble entre rocas calizas (Phra Nang Beach) desde donde estuvimos un buen rato viendo a unos rusos probar sus habilidades en la roca.
Desde Krabi encontramos la forma más barata de ir a las islas Phi Phi, 350B ida y 350B vuelta; en total 700B (22$) ida y vuelta. Por desgracia, el turismo aquí se ha masificado y los precios han subido bastante en los últimos años.
De hecho, una de las dos islas que componen el archipiélago, la isla de Phi Phi Leh, donde fue rodada la película de La Playa de DiCaprio, se encuentra cerrada indefinidamente desde principios del 2018 debido al turismo masivo que llegaba a diario y destruía los arrecifes de coral que la rodean.
El barco salió de Krabi a las 9.00 y a las 11.00 llegamos a Ko Phi Phi Don. La verdad es que nosotros huíamos un poco de ese turismo masivo; así que según llegamos, fuimos directamente a alquilar un kayak en Log Dalum Beach; a las 11.10 ya estábamos remando. La primera hora cuesta 200B y cada hora añadida son 100B más.
Estuvimos tres horas remando por los alrededores de la bahía y apenas encontramos cuatro canoas más. Hicimos una primera parada en Nui Beach, una calita llena de peces de colores donde hicimos snorkel con nuestras propias gafas de buceo (recomendable siempre llevar unas en la mochila). Después tuvimos la mala idea de ir a comer a la Monkey Beach; como su propio nombre indica, hay cientos de monos correteando por la playa y debes tener mucho cuidado con tus bolsas, especialmente las de comida.
De vuelta a la playa principal nos ocurrió algo increíble: mientras remábamos nos pareció ver una mancha oscura enorme pasar por debajo de nuestra canoa; nos esforzamos un poco más en ver qué era y, sorpresa, era un tiburón ballena. Sin duda Phi Phi nos había ganado completamente.
Nosotros volvimos en el último barco a las 15.30 porque no queríamos hacer noche allí, ya que sería muy caro y el tipo de turismo de bares y fiesta no nos apetecía. Sin embargo, se puede contratar fácilmente la vuelta por el mismo precio pero para días diferentes si así se desea.
Nuestra última excursión sería la isla de Lanta, al sureste de Krabi. Para llegar hay diferentes formas y diferentes presupuestos. Quizás lo más cómodo sería ir en bus por 300B (9$), el bus cruza en ferry y te deja directamente en tu hotel.
La alternativa que nosotros elegimos fue ir en moto desde Krabi (90 km); como la alquilamos por tres días nos hicieron precio y nos costó 550B en total. El ferry son 5B por la moto y 20B por persona. Además, una vez que llegamos a Ko Lanta vimos que las motos las alquilaban por 300B/día -lo más caro que hemos visto en Tailandia-, así que a los 300B de autobús se tendrían que sumar otros 300B por día de moto, la cual es necesaria para recorrerte la isla. Por lo que fácilmente nos ahorramos más de 1000B en total.
La isla es turística pero se mantiene auténtica; en absoluto está masificada y la gran mayoría de los alojamientos son bungalows, de forma que no estropean el paisaje. Nosotros nos quedamos tres días en la isla y el precio por noche en un bungalow fue de 250B (8$).
Ko Lanta fue la isla que más me gustó de todas las que vi durante mi viaje por Tailandia, tiene playas enormes con aguas tranquilas y, al mismo tiempo, tiene un parque nacional donde puedes encontrar cascadas y cuevas. Además, disfruté de uno de los mejores atardeceres de mi vida en Klong Khong Beach.
El parque nacional de Khao Sok es una reserva natural que alberga una densa selva virgen, formaciones kársticas, cascadas, cuevas y un lago artificial enorme. Además, en el parque habitan especies poco frecuentes, como la flor Rafflesia, gibones y tigres.
La minivan desde Krabi hasta Khao Sok nos costó 250B y duraba 4 horas. Llegamos a media tarde y tras mirar los precios de las excursiones al parque acabamos eligiendo una excursión de dos días y una noche por 2.000B por persona para así poder pasar una noche en los bungalow flotantes y tener la oportunidad de ver más fauna al amanecer y al atardecer. La entrada al parque son 300B.
Las actividades que hicimos durante la excursiones incluyeron dos trekking hasta dos cuevas diferentes, kayaking y un safari al amanecer. Por supuesto, los traslados y las comidas también estaban incluidas.
Sin duda lo que más nos impresionó fue la inmensidad del lago y la altura de las montañas formadas por la piedra caliza, el paisaje era espectacular. Por otro lado, también nos impresionó mucho la primera cueva a la que fuimos; en algunos puntos, el agua nos llegaba hasta el pecho y tuvimos que nadar con linternas en las cabezas, la oscuridad era absoluta.
Nuestras dos semanas de aventura por el sur de Tailandia llegaban a su fin, teníamos que poner rumbo a Bangkok, donde haríamos un intercambio de trabajo por dos semanas. Desde Khao Sok hicimos auto-stop hasta Surathani y allí cogimos un bus nocturno por 455B (14$) directo a Bangkok.
Durante la primera semana éramos los únicos voluntarios en el hostal, así que tuvimos que hacer turnos de días completos. Sin embargo, cuando el jefe estaba por allí, nos dejaba salir a dar un paseo o a comer/cenar sin ningún problema. Las tareas eran fáciles, básicamente manejábamos los check-ins y los check-outs y servíamos el desayuno.
A los pocos días llegó otra voluntaria, así que teníamos medio día libre para poder visitar la ciudad. Bangkok es una metrópolis enorme, las distancias son muy grandes y el transporte público no es demasiado barato ni está muy bien conectado. No obstante, nosotros intentábamos movernos por los canales del río y coger el metro (MRT) antes que el skytrain (BTS).
Aquí puedes ver todas las opciones de voluntariado en Tailandia.
Las principales atracciones turísticas de Bangkok son el Gran Palacio (500B), la Golden Mount (50B), el templo de Wat Pho (100B), Chinatown y los mercados. Durante los fines de semana se puede ir al Mercado de Chatuchak y a la Isla de Ko Kret, excursiones que merecen la pena.
Aquí os dejo nuestra experiencia en Fu House Hostel:
En nuestros días libres, la primera semana fuimos en tren (15B) desde Bangkok a la antigua capital de Tailandia: Ayutthaya. Esta ciudad en ruinas, fue entre los siglos XVI y XVIII el centro de poder del Reino de Tailandia, hasta que fue invadida y destruida por el ejército birmano en 1767.
Al terminar la segunda semana y a solo 4 días para que nos caducase la visa, nos fuimos a la isla de Ko Chang a pasar la Navidad. Desde la estación de buses de Ekamai en Bangkok cogimos un bus por 230B a Trat, donde tendríamos que coger un ferry por 80B hasta llegar a la Isla.
La primera noche nos alojamos en la parte este de la isla por tan solo 200B en unos bungalows en Long Beach. Esta isla es la segunda isla más grande de Tailandia y tiene dos zonas bien diferenciadas: la zona este es virgen y apenas tiene alojamiento; la parte oeste es la turística, repleta de bares y hoteles. Como no queríamos pasar Nochebuena y Navidad solos, nos fuimos a la otra parte de la isla para buscar un poco más de ambiente y fiesta.
Esta fue mi forma de aprovechar los 30 días de visa en Tailandia. Acostumbro a hacer voluntariados de un par de semanas en cada país que visito para abaratar el coste del viaje y conocer más a fondo la cultura local.
Eso sí, ¡queda pendiente el norte de Tailandia para otro viaje!
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Cristian
Fev 06, 2019
Buen contenido! Sirve de mucha ayuda!