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Gracias a mi voluntariado con Worldpackers pude hacer mi sueño realidad

Toda gran aventura comienza con una pequeña idea que va creciendo poco a poco y que al paso del tiempo puede tomar tanta importancia que volver al inicio es casi imposible, pero no quiero volver al principio, quiero seguir por esta ruta muchos años mas.

Humberto

Jun 01, 2021

4min

voluntariado-con-worldpackers-pude-hacer-mi-sueno-realidad

Cansado, después de un par de complicados años sin parar en el trabajo, me encontraba de vacaciones en las paradisíacas playas del Caribe mexicano, ahí fue cuando la conocí, después de una larga charla con un joven voluntario del hostal donde estaba hospedado, un chico argentino, me habló con tanto fervor sobre ella y las grandiosas experiencias que él había tenido recorriendo Sudamérica usando Worldpackers que al final me convenció y decidí intentarlo.Catorce días habían pasado desde mi inscripción al sitio web hasta el momento prácticamente desconocido para mí. 

Worldpackers es tu mejor opción para recorrer el mundo me dijo aquel joven, así que decidí intentarlo. 

Usando Worldpackers por primera vez

Debido al costo del boleto de avión decidí viajar a Bélgica.  Me quedé en un lindo hostel en la ciudad de Amberes con muy buenos comentarios por parte de otros voluntarios. Estaba a solo 30 minutos de Bruselas, incluía el desayuno, tareas de limpieza, recepción y bartending, una cama en cuarto privado y dos días libres a la semana era la opción perfecta para mis planes, así que, apliqué.

La respuesta fue tan rápida y la comunicación tan fluida que 7 días después de aplicar ya estaba aterrizando en el Aeropuerto Internacional de Bruselas. Luego tomé un autobús que por solo 10 euros me llevaría a la ciudad de Amberes. 


Gracias a mi voluntariado con Worldpackers pude hacer mi sueño realidad - Worldpackers- ciudad de Amberes en Bélgica

En qué consistían mis tareas como voluntario con Worldpackers

Me recibió un joven amable, con un aspecto fresco y una sonrisa contagiosa: Guillerme, otro voluntario.

Me mostró mi cuarto, y el resto del hostel, las habitaciones y las áreas comunes y mientras me explicaba detalladamente en qué consistían las tareas. Luego se acercó Greg, el propietario quien me terminó de mostrar el lugar. 

El día se dividía en tres turnos, al ser solo dos voluntarios Greg el propietario, se encargaba del turno de la mañana que incluía ciertas tareas de limpieza del comedor y la cocina y la mejor parte del día, el desayuno (el cual consistía en hacer panqueques, huevos, incluía cereales y granola, leche, café, té, varios tipos de mermeladas, pan casero y jugo de naranja).

De 1 a 5 pm se realizaba el turno de la tarde que consistía básicamente en hacer las camas que se desocuparon, la lavandería de las ropas de cama, la limpieza de las habitaciones y los baños, y finalmente el turno de la noche que comprendía de las 5 a las 9, incluía la limpieza de las áreas restantes, y el bar, lugar que era mágico después de las 8 de la noche.

Todos los turnos incluían la recepción de huéspedes, a los cuales después de realizarles uno por uno los pasos que detalladamente Greg nos entregó en una lista.

Gracias a mi voluntariado con Worldpackers pude hacer mi sueño realidad

Mi presupuesto era limitado, aunque mis gastos no eran elevados, el suculento desayuno te dejaba satisfecho casi hasta llegada la noche. Usaba un supermercado que estaba muy cerca del hostal, donde  compraba mis ingredientes para cocinar, con un costo no mayor a los 30 euros por semana. 

Reservé mi asiento en el autobús, eran 6 horas hasta mi destino, horas que se compensaban con los increíbles 15 euros que costó el boleto. Busqué en Internet un hostal económico, y al fin lo encontré: 20 euros por noche fue el costo total, y sabía que sería casi imposible encontrar una mejor opción.

El sol no se apreciaba aún en el horizonte, pero mis pasos dejaban un rastro de la energía que en cada uno de ellos mi cuerpo desbordaba, después de escasos quince minutos de caminar llegué a la parada del autobús con treinta minutos de antelación.

Ocho horas después de dejar Amberes no lo podía creer, mis ojos no podían dar crédito a lo que veían, una a una las maravillas de aquel lugar me dejaban entender por qué es uno de los destinos turísticos más visitados del mundo, ahora entendía  por qué estaba ahí, en la ciudad de la luz, con sus míticas calles, sus incontables historias, su romanticismo hecho leyenda y yo yacía ahí, contemplando la Torre Eiffel, al fin lo logré, era París.


Gracias a mi voluntariado con Worldpackers pude hacer mi sueño realidad - Worldpackers - torre eiffel en paris vista aérea

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Un mes que se fue volando, los mejores treinta días de mi vida, un millón de experiencias y muchos sueños hechos realidad. El siguiente paso ya estaba listo, una vez más Worldpackers me decía a dónde iría. Tal y como lo había dicho aquel amigo mío, era la mejor manera de recorrer el mundo. Y tú, ¿qué estás esperando?



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