Cómo hacer un voluntariado en Tanzania: todo lo que debes saber

Tanzania jamás estuvo dentro de la lista de países que quería visitar cuando decidí salir de Colombia. Sin embargo, antes de comenzar un viaje largo, es importante tener muchas cosas planeadas y organizadas, pero también es emocionante dejar que el camino nos lleve a lugares inesperados.

Este maravillo país ubicado al este de África central, comparte fronteras con Kenia, Uganda, Ruanda, Burundi, República Democrática del Congo, Zambia, Malawi, Mozambique y además se encuentra frente al Océano Índico.

Su capital oficial es Dodoma, pero existen otras ciudades más reconocidas y diferentes para visitar: Dar es-Salam es considerada la capital administrativa y la ciudad más grande de Tanzania, en donde prácticamente se puede hacer de todo; tiene parques, museos, playas, mercados, hoteles, una estación de tren y el aeropuerto internacional más grande el país. 

Zanzíbar es un complejo de islas a las que se puede llegar por aire o por agua, y es un lugar obligado para los turistas por ofrecer playas paradisíacas y los mejores lugares para descansar en todo Tanzania. 

Moshi es una ciudad estratégicamente ubicada cerca del Parque Nacional Kilimanjaro, donde se concentran la mayor cantidad de montañistas que quieren llegar a la cima del África, además que tiene cerca al segundo aeropuerto internacional más grande del país. 

Y Arusha es aquella ciudad que recibe a los visitantes interesados en hacer safaris o ver animales salvajes en las reservas nacionales de Tanzania.

Aquí puedes leer mi experiencia realizando el trekking en la montaña más alta de África: el Kilimanjaro.

¿Qué documentos necesito para Tanzania?

Entrar al país es relativamente sencillo. Imagino que como en cualquier viaje, uno puede solicitar la visa en embajadas o consulados de Tanzania alrededor del mundo. Sin embargo, la opción más sencilla es realizar todo el trámite y el pago de la visa directamente en el aeropuerto (a la llegada) o en algunas fronteras de países vecinos (debes revisar antes si tu nacionalidad necesita o no visa o si la puedes solicitar en el momento de la llegada en el aeropuerto). Es importante tener presente lo siguiente:

• Pasaporte Vigente.
• Visa de Turismo $50 USD (dólares americanos). 
  
• Cartilla o Tarjeta de Vacunación Internacional + Vacuna de la Fiebre Amarilla que es obligatoria para muchos países de África y el mundo.

Personalmente también recomendaría tener una carta de invitación por parte de la persona que nos va a recibir en Tanzania, una reserva de hotel, o un boleto de avión de salida del país; solo por si el personal de migración se pone intenso o complicado.

Yo viajé desde Kenia a Tanzania por tierra y en la frontera de Namanga tuve que llenar un formulario muy sencillo con mis datos personales y la información de un contacto dentro del país; en este caso puse los datos de la persona que me iba a recibir para el voluntariado. 

Además escanearon mis dedos,  tomaron una fotografía de mi cara, pagué la visa con dinero en efectivo (dólares preferiblemente) y listo. Me dieron permiso para estar 90 días y me dijeron: ¡Welcome to Tanzania!

Haciendo un voluntariado en Tanzania

Cuando estaba en Kenia, una gran amiga colombiana me motivó a visitar Tanzania y me dijo que el anfitrión que la había hospedado a ella era increíble. Su familia era realmente encantadora, las tareas que hacían los voluntarios eran interesantes, pero sobre todo porque había mucho para conocer allí.

Sin dudarlo, entré a Worldpackers, revisé con detenimiento y apliqué al proyecto de Kuzuri Tanzania a cargo de James. Cuando le escribí a través de la plataforma, él respondió mi solicitud en menos de 2 días y estuvo todo el tiempo dispuesto a responder mis inquietudes. 

Confirmó mi estadía por 1 mes, estuvo de acuerdo con algunas de mis propuestas como voluntario y además se encargó de recogerme en su carro, en el supermercado de Shoppers de la ciudad de Arusha. Este es un lugar estratégico de la ciudad con restaurantes de todo tipo, casas de cambio, supermercado, cajeros automáticos, entre otros.

En 15 minutos llegamos a su casa, descargué mi equipaje, James me presentó a su familia y luego me ubicó en una habitación compartida con un voluntario de los Estados Unidos que estaba próximo a regresar a su país. Una enorme coincidencia fue que ese mismo día de mi llegada, también vendría otra voluntaria de Colombia que estaba viajando desde hacía meses por Mozambique. 

Además, durante el fin de semana llegaría una pareja de Suiza, y regresaría a la casa otra voluntaria de España que se encontraba haciendo un safari. Éramos 6 voluntarios dentro del mismo proyecto, lo que me dio más seguridad y me puso en las mismas condiciones que otras personas.

Sigue leyendo: Cómo hacer un voluntariado en Tanzania: todo lo que debes saber y Safari en Kenia: conozca los parques sostenibles y la cultura Masái.

James y su familia viven en una casa hermosa sobre una colina a las afueras de Arusha. El camino de entrada a la casa está enmarcada con árboles y mucha vegetación, el ambiente es demasiado tranquilo y cuando sale el sol es un lugar perfecto para leer en los jardines. Existe una construcción relativamente nueva con tres habitaciones y dos baños con agua caliente, para hospedar a los voluntarios.

 Al lado hay una zona para lavar la ropa (a mano) y un tendedero para dejarla secando. La casa es realmente una granja, pues tienen una huerta enorme de donde sacan productos frescos para el consumo, los trabajadores siempre te saludan, y además hay animales por todos lados.

La casa principal tiene su cocina, un comedor de 10 puestos y una sala de estar donde compartíamos en la noche; pues la chimenea, el televisor y el ambiente de este espacio, eran perfectos para conversar con la familia, tomarse una cerveza o ver una película. La comida que preparaban era exquisita, abundante y muy variada, e incluso podían servir platos para personas vegetarianas si así lo pedían. Tomábamos café, té de jengibre (mi favorito) y agua. Comíamos pan, huevos, carne, pollo, sopa, maíz, vegetales, arroz, ugali, chapati y otros platos típicos africanos.

Todos los anfitriones que encontramos en Worldpackers ofrecen cosas diferentes a los voluntarios de acuerdo a cada proyecto, y ahí es donde esta lo interesante de esta plataforma. Hay que utilizar los filtros de búsqueda, revisar con detenimiento los reviews y comentarios de viajeros anteriores; escribirles a ellos para hacer preguntas o contactar directamente a los anfitriones para salir de cualquier dudad que tengamos.

En mi caso y en este proyecto de Tanzania solo teníamos que pagar $7 USD (dólares americanos) por día, lo que a mi parecer no es un precio muy alto por todo lo que teníamos en la casa. Ese precio incluía un muy buen hospedaje y las tres comidas que eran de la mejor calidad.

¿Cuál fue mi trabajo como voluntario en Tanzania?

Las actividades que se van a realizar en un voluntariado, es lo que personalmente más me emociona cuando estoy viajando con Worldpackers. Indiscutiblemente cada país, cada anfitrión y cada proyecto, tendrán actividades muy diferentes, y por eso debemos escoger muy bien al anfitrión, o estar dispuestos a aprender de nuevas cosas para así crecer como personas y adquirir nuevas habilidades para la vida.

En Tanzania el idioma oficial es el suajili pero el mayor porcentaje de la población habla inglés, así que es posible comunicarse tanto con los demás voluntarios como las personas de la comunidad con la que íbamos a trabajar.

El proyecto de Kuzuri Tanzania con James tenía muchas posibilidades, lo que llamó mi atención de inmediato. Además, que él como anfitrión se encargó personalmente de explicarnos como funcionaba cada cosa. Nos llevaba a los lugares para que conociéramos a la comunidad, dándonos la libertad de escoger en qué queríamos trabajar de acuerdo a nuestras capacidades y en las principales áreas de su proyecto social.

• Enseñar inglés, matemáticas, geografía o cualquier asignatura en una escuela primaria que quedaba a 15 minutos caminando desde la casa. Además de ayudar a los maestros con libros de asistencia, corregir tareas, o dibujar a mano carteleras académicas para decorar los salones.
  
• Colaborar con actividades domésticas muy sencillas al interior de un orfanato que quedaba a las afueras de Arusha, para compartir con niños realmente especiales que tenían entre 1 y 10 años. Había que viajar 15 minutos en bus desde la casa o a veces el anfitrión nos podía llevar.
  
• Trabajar directamente en la granja con los animales, la huerta y la familia.

Personalmente hablé con el anfitrión, para saber si quería que le ayudara con material fotográfico o audiovisual para complementar su proyecto social y dejarle un contenido de excelente calidad. Estuvo de acuerdo con mi propuesta y parte de mi trabajo como voluntario en Tanzania fue visitar la escuela para dar clases o ayudar a los maestros. 

También trabajar en el orfanato algunas mañanas y compartir con los niños, pero el principal trabajo que realicé junto a la otra voluntaria Colombiana, fue desarrollar la web oficial de su proyecto para atraer voluntarios de todo el mundo que apoyen la educación de muchos niños en Tanzania.

Todas las tareas o actividades tenían flexibilidad en el horario; pues algunos de los voluntarios podían tener solamente dos clases al día en la escuela y dependiendo de las asignaturas o los cursos en donde se estuviera enseñando. 

Otros iban al orfanato durante toda la mañana, almorzaban en la casa y luego tenían la tarde libre para hacer cosas personales, e incluso al interior de la granja los trabajos podían variar y no había un horario muy estricto. Podían ser de 3 a 5 horas de trabajo al día. Solamente era importante hablar con el anfitrión y contarle acerca de nuestras actividades.

¿Hay días de descanso durante el voluntariado?

Los sábados y domingos eran libres para hacer cualquier cosa; descansar en la casa, hacer compras en el Maasai Market, visitar algún museo en la ciudad como el de Tanzanite Experience, comer en algún restaurante y hasta organizar una salida con los demás voluntarios. 

Nuestro anfitrión nos llevó a las Cascadas de Sapuk dentro de una reserva natural cercana a la casa, en la que hicimos una caminata de 15 kilómetros y tuvo un costo de $10 USD. También visitamos las Piscinas Naturales de Kikuletwa a dos horas en carro de Arusha; donde almorzamos y descansamos un poco por un precio de $25 USD.

También era posible pedirle ayuda al anfitrión para conseguir safaris a bajo costo y estar fuera de la casa por varios días, para ver animales salvajes en el Parque Nacional Serengueti o visitar la Zona de Conservación de Ngorongoro.

Durante mi última semana, la otra voluntaria colombiana y yo decidimos invertir nuestros ahorros para subir el Monte Kilimanjaro, la montaña más alta del África con 5.895 msnm en la cual caminamos 70 kilómetros durante 6 días de expedición y fue la aventura más grande que tuve en Tanzania.

¡Asante Sana Tanzania! 

Definitivamente valió la pena visitar este país que nunca estuvo dentro de mis planes pero que sin duda me dejó más enseñanzas para la vida de las que algún día imaginé. También aprendí de su cultura, probé platos típicos africanos, aprendí nuevas palabras en suajili, visité lugares hermosos y traté de contribuir de la mejor a este proyecto de carácter social.

 ¡El verdadero sentido de la vida es el de servir, ayudar y trabajar por un mejor planeta para todos!

El proyecto de Kuzuri Tanzania del que hice parte durante este mes, cumplió con mis expectativas en todo sentido, y aunque estoy seguro que hay otras opciones muy interesantes en la página de Worldpackers, nada puede llegar a ser tan especial como éste que viví en la ciudad de Arusha.

¿Cuánto cuesta hacer un voluntariado en Tanzania?

En este mes gasté como voluntario unos $250 USD en el hospedaje y la alimentación que me ofrecía el anfitrión, salidas a dos lugares turísticos, algunas cenas en restaurantes de la ciudad de Arusha, transportes en moto, regalos para los niños y snacks personales. Un gasto grande y extra que tuve, fue el de la expedición al Monte Kilimanjaro por $1750 USD.

Asante Sana significa en suajili "Muchas Gracias"... Y es lo único que puedo decir después de haber vivido un mes en este país con personas realmente increíbles. En Tanzania se siente una energía muy agradable; la vida tiene demasiado color y tanto los niños como los adultos te regalan siempre una sonrisa que te penetra hasta el alma. 

Espero regresar algún día para sentir la energía tan especial y contagiosa que tienen las personas del África.