Cuando hablamos de ciudades de Portugal, la mayoría del turismo solo se queda con Lisboa, Oporto y alguna de las de la región de Algarve, pero en un país con la historia, gastronomía y paisajes como lo es este, hay muchísimo más por descubrir. Lo bueno de esto es que muchos de los lugares que vamos a ver en este recorrido son poco visitados por los extranjeros, lo que hace que tengas una experiencia más auténtica.
Claro que estos no son todos los destinos turísticos del país, pero sí te darán una muy buena idea inicial para elegir qué visitar en tu próximo viaje.
Visitá las ciudades de Portugal de manera económica como voluntario
A pesar de ser uno de los países más baratos de Europa, los costos de hospedaje son un freno para muchos viajeros que quieren pasar un tiempo largo recorriendo las ciudades de Portugal. Pero existe una manera de viajar sin pagar alojamiento, lo que te permitirá pasar más tiempo en cada lugar si no tenés un itinerario fijo: hacer voluntariados.
En la plataforma Worldpackers hay una gran cantidad de vacantes para hacer voluntariados en Portugal, en los que podés ayudar en algún proyecto por algunas horas al día a cambio de alojamiento y -dependiendo del acuerdo- comida y otros beneficios como descuentos en actividades. No solo te servirá para ahorrar dinero en viaje, sino que conocerás a mucha gente y tendrás una inmersión cultural más profunda al convivir con locales. Esto es ideal si estás en un viaje mochilero.
Algunos ejemplos de voluntariados en Portugal, son:
¿Te gustaría pasar un tiempo viviendo en una de las islas Azores? Podés aplicar para la posición de ayudante en un foodtruck y disfrutá de este hermoso lugar en el mundo en tu tiempo libre.
La capital de Portugal se convirtió en los últimos años en una de las ciudades más visitadas de Europa, y no te va a costar entender los motivos apenas salgas a pasear por sus calles empedradas con un pastel de nata en mano.
Al estar distribuida por siete colinas puede resultar cansadora de caminarla, pero te asegura que tengas vistas espectaculares.
Lisboa es una ciudad de contrastes, donde las amplias avenidas, imponentes edificios y espaciosas plazas de la zona baja (la más nueva de la ciudad) se combinan con angostos pasajes llenos de color y azulejos que te llevan a que el mejor plan sea perderte.
El Barrio Alto, famoso por su vida nocturna, y Alfama, con todas sus construcciones históricas como el Castelo de São Jorge, son las zonas más turísticas, pero esta ciudad de Portugal reconocida por su ambiente relajado en comparación con otras grandes urbes europeas, tiene mucho más para explorar. Y no nos olvidemos de las fantásticas playas de Lisboa, ya que está donde el río Tajo se encuentra con el Océano Atlántico.
A menos de una hora en tren desde Lisboa, esta ciudad maravillosamente ubicada en una montaña es uno de los lugares que mejor reúnen belleza de paisaje, arquitectura e importancia histórica en todo Portugal.
Durante el siglo VIII perteneció al Imperio Al-Andalus que se extendió por casi toda la Península Ibérica, dejando un enorme legado. Sus ruinas se convertirían con el paso del tiempo en un imán para viajeros y artistas, atraídos por su aura misteriosa.
El Castillo de los Moros, en la cima de la montaña, y el palacio residencial que construyeron colina abajo, son los dos emblemas de este período. Sumado a construcciones de otras épocas como el multicolor Palacio da Pena, el Convento de los Capuchinos, y el Palacio da Regaleira, hacen que Sintra sea uno de los Patrimonios de la Humanidad del país.
3. Oporto
La segunda ciudad más importante de Portugal es un paraíso urbano para los que nos gusta explorar ciudades a pie, de esas que te hacen caminar todo el día olvidando el cansancio, hipnotizado por un entorno que te lleva de un lugar al otro casi sin darte cuenta.
Comenzando en el barrio histórico de Ribeira a orillas del río Duero, te vas dejando llevar por el laberinto de calles, entre edificios medievales y modernos, y cruzando el mítico Puente Luis I hacia Vila Nova de Gaia, donde se produce el famoso vino dulce oporto.
Para el atardecer, la vista desde el Jardim do Morro o un paseo en bici por la costa del Atlántico en Foz do Douro son un cierre de día ideal.
Nos vamos hacia el norte de Portugal hasta la “ciudad de los arzobispos”, como es apodada Braga por su cantidad de iglesias.
La Catedral de Braga es la más antigua del país, y aunque tuvo muchos agregados y reconstrucciones desde que se la inauguró en 1089, sigue siendo uno de los monumentos más importantes de Portugal.
Pero no es el único templo de excepcional importancia, porque también está el Santuario de Bom Jesus do Monte con sus monumentales escaleras barrocas de 116 metros, cargadas con fuentes y estatuas que representan el via crucis. Por su ornamentación y simbolismo, fue declarada Patrimonio de la Humanidad.
Aparte de todos lo que hay para ver en Braga, también es el punto de partida para recorrer el Minho, la verde región del noroeste con valles cubiertos por viñedos, tranquilas playas y pequeñas aldeas, y desde donde también podés visitar la belleza natural que es el Parque Nacional da Peneda-Gerês.
Casi llegando a la frontera norte con España, está una de las ciudades de Portugal más hermosas, y sorpresivamente libre de la masificación turística que invade a gran parte de los lindos lugares de Europa.
La belleza natural que la rodea, el patrimonio histórico, y la vista a la ciudad y la playa desde el Monte Santa Luzia, hacen la experiencia de pasar unos días en Viana do Castelo una inolvidable.
En lo alto de este monte está la Basílica de Santa Luzia, tan visitada por la panorámica como por la construcción en sí.
La importancia de la ciudad se remonta al siglo XVI, cuando desde acá partieron varias expediciones marítimas que recorrieron el mundo. Muchos de los principales edificios, como los de la Praça da Republica son de esos tiempos.
A minutos del centro de la ciudad hay excelentes playas y varios senderos para recorrer los alrededores.
6. Aveiro
Los tradicionales moliceiros (botes de madera) navegando por los canales y los edificios art nouveau y art deco de tonos pastel son la postal clásica de Aveiro, una pequeña ciudad de Portugal llena de historia.
Además de por su patrimonio cultural, como el Convento de Jesús y la Catedral que son exponentes del barroco portugués, Aveiro es popular por sus playas cercanas, alternativa mucho menos turística y costosa que las más famosas de Algarve en el sur.
7. Coimbra
Coimbra es la ciudad universitaria de Portugal, lo que lógicamente le da mucha vida a toda hora. Pero no estoy hablando de cualquier universidad, porque se trata de una de las más antiguas del mundo, fundada en 1290 y en la actual ubicación desde 1544.
Es el Paço das Escolas su lugar más reconocible, donde están los edificios históricos de la universidad. La Alcazaba fue el original, construido para ser el primer palacio real del país. Habitado por los reyes portugueses desde 1131, gradualmente fue quedando abandonado y luego convertido en el edificio central de la universidad.
Como en otras ciudades de Portugal, su casco histórico (Baixa) es un belleza para recorrerlo con tranquilidad, caminando por la Rua de Azeiteiras hasta la Praça do Comércio, donde podés frenar a tomar algo o hacer un picnic mientras suena un fado de fondo (canciones nostálgicas acompañadas de guitarra portuguesa).
8. Leiria
La colina coronada por el Castillo de Leiria sobresale de su entorno, creando la imagen que la distingue de cualquier otra ciudad de Portugal.
El “castelo” es el recuerdo de la importancia que tuvo este lugar en el pasado, la cual fue habitada por los moros y recapturada por las tropas de Alfonso I, el primer rey de Portugal, en 1135. El castillo y sus paredes defensivas fueron reconstruidas, alojando a la mayor parte de la población local.
Actualmente ya no lo habitan las cortes feudales de su época dorada, pero sigue siendo un emblema inconfundible.
Cerca de Leiria hay varias playas, entre ellas la de Nazaré, muy buscada por surfistas expertos por sus olas gigantes que están en el Libro Guinness. El pueblo de Fátima, importante centro de peregrinación para el cristianismo por las apariciones de la Virgen María que se reportaron, también está en los alrededores.
9. Évora
El corazón de la región de Alentejo es una de las ciudades medievales mejor conservadas de Portugal.
Gran parte de su casco antiguo todavía está rodeado por las murallas levantadas en el siglo XIV, donde vas a caminar por un laberinto de callejones que te llevan entre ruinas romanas, palacios, iglesias y monumentos construidos con diferentes estilos que son muestra de la importancia de la ciudad en distintos períodos, incluso hasta podés entrar en una capilla completamente cubierta con huesos humanos (Capela dos Ossos).
Aunque muchos la visitan como una excursión por el día desde Lisboa, lo mejor es que si tenés tiempo te quedes al menos una noche para disfrutarla con tranquilidad cuando la mayoría de los turistas ya no está.
10. Lagos
Nos vamos hacia la turística región de Algarve, que ocupa la franja sur del país. Es donde están algunas de las mejores playas de Portugal -y la debilidad de los turistas nórdicos, en especial jubilados británicos, que las elijen para instalarse escapando de los días grises y fríos en busca de arena y sol a un costo de vida mucho más bajo.
Lagos es una ciudad pequeña y relajada a la desembocadura del río Bensafrim, con un centro histórico amurallado muy bien preservado y costa con formaciones rocosas impactantes.
La más conocida de estas es la Ponta de Piedade, con alucinantes vistas desde lo alto del acantilado y la posibilidad de bajar hasta la recluida playa, desde donde salen botes que te llevan a cuevas costeras. La Praia do Camilo es otra fantástica cala a la que se llega bajando una escalera de 200 escalones.
También hay extensas playas de arena donde no vas a tener que hacer ningún esfuerzo físico para disfrutarlas más que caminar hasta el agua, como Meia Praia y la Praia da Batata.
Yendo a la parte histórica, en Lagos comenzó a funcionar en 1444 el primer mercado de esclavos de Europa. Tiempo después se estableció que todos los esclavos debían entrar a Portugal por Lisboa, y en el lugar del mercado se construyó un edificio de fines militares. En ese lugar actualmente funciona un museo dedicado a la esclavitud.
La capital de Algarve es uno de los principales destinos turísticos de Portugal en verano, cuando sus playas se llenan de turistas.
Visitar Faro fuera de la temporada alta tiene la gran ventaja de que vas a poder pasear por esta pintoresca ciudad sin encontrarla abarrotada de gente, por lo que para mí es preferible a tener los días de playa perfectos. Además claro de que los precios de alojamiento son mucho más razonables.
Las playas lógicamente son la razón de su fama, con la Praia de Faro como una de sus estrellas por su amplitud. Pero también es una base para explorar otros lugares de la región, como el Parque Nacional Ría Formosa, y pintorescos pueblos del interior como São Brás de Alportel.
Tené una experiencia única haciendo un voluntariado en Faro, hay muchas vacantes en hostels.
12. Funchal (Madeira)
Dejamos la Península Ibérica en un vuelo de 1 ½ hs que nos llevará hasta la isla de Madeira, frente a la costa de Marruecos.
Su ubicación a 1000 km de Portugal hace que no solo tenga un clima distinto, sino que también haya desarrollado una cultura única, algo similar a lo que pasa en las islas Canarias de España.
Funchal es la capital de Madeira, importante como centro marítimo desde el siglo XV cuando los barcos de expediciones hacían una parada en el camino a América. Frente al puerto vas a ver el Fuerte de São Tiago, construido en 1614 para defenderla de los piratas.
Uno de los lugares que no deberías perderte es el Mercado Dos Lavradores, donde vas a encontrar frutas y verduras típicas de su clima subtropical que hace que se la conozca como “ilha jardim” o “la isla de la eterna primavera”.
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Nací en Buenos Aires pero prefiero vivir rodeado de diversas culturas por largos períodos de tiempo.
Empecé a viajar en 2009, con 21 años, y lo he hecho de forma ininterrumpida desde entonces. Tras más de doce años en ruta puedo decir que el viaje se convirtió en mi estilo de vida.
Más de mis viajes en Instagram @marcandoelpolo y marcandoelpolo.com